AEMET y meteorólogos avisaron de la intensidad de la DANA desde hace dos semanas.
La agencia estatal empezó a informar de la llegada de una DANA el miércoles 23 y emitió hasta tres avisos especiales los días siguientes. Aun así, el Gobierno valenciano no mandó la alerta por móvil a la población hasta la noche del martes, cuando la situación ya se había descontrolado.
AEMET y meteorólogos avisaron de la intensidad de la DANA desde la semana pasada
Estragos de las lluvias torrenciales en La Alcudia, Valencia.
Foto: EVA MAÑEZ /REUTERS
Eduardo Robaina
30 octubre, 2024
Las DANAS (Depresión Aislada en Niveles Altos) tienen un movimiento errático al estar aisladas de la circulación general y no siguen un rumbo fijo. Por ello, son uno de los fenómenos meteorológicos más difíciles de prever y determinar su gravedad con días de margen es difícil. Aun así, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y meteorólogos avisaron desde la semana pasada del carácter excepcional de la DANA que ha arrasado Valencia y otros puntos de España.
El miércoles 23, la AEMET empezó a informar al respecto de la gota fría (como se le suele llamar popularmente a las DANAS) con la información disponible: “En los próximos días, un embolsamiento de aire frío quedará aislado de la circulación general, dando lugar a la formación de una dana. Se acercará a nuestro entorno, con lluvias y chubascos a partir del sábado, aunque con incertidumbre aún sobre las zonas con mayor probabilidad”. Al día siguiente, el jueves 24, insistían: “El viernes, un frente dejará precipitaciones en amplias zonas de España. A lo largo de los días siguientes, una dana se acercará a nuestro entorno, con mucha incertidumbre aún sobre su posición final. Ahora mismo, sería el este peninsular la zona que más lluvia recibiría”.
El mismo jueves 24, el equipo de especialistas de Meteored elevaba el tono sobre la envergadura de lo que venía: “La #DANA que nos afectará en unos días no es una más, a los meteorólogos/as nos está quitando el sueño”, publicaban en su cuenta de Twitter (ahora X).
El viernes 25 de octubre, la AEMET emitía la primera comunicación formal a través de una nota informativa. En ella avisaban, dentro de la incertidumbre, de “lluvias muy fuertes, y localmente persistentes, más probables durante el martes 29”, es decir, el día que ha sido el más grave de este evento extremo donde han perdido la vida, al momento de escribir este artículo, 70 personas.
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El mismo viernes, uno de los meteorólogos de AEMET, Juan Jesús González Alemán, publicaba en su cuenta personal de Twitter un aviso de lo que ha acabado por suceder: “Si todo sigue tal y como prevén los modelos meteorológicos durante los próximos 5 días, esta DANA, por sus características y comportamiento, tiene mucho potencial de entrar en el grupo de las de alto impacto. De las que pueden ser recordadas en la vertiente mediterránea”.
Como suele ocurrir desde hace años cuando una institución o especialista publica algo relacionado con el clima, el mensaje del meteorólogo generó mofas de diversos usuarios en un intento de desacreditar a la ciencia tachándolo incluso de “apocalíptico”.
Durante todo el fin de semana, la agencia estatal siguió monitorizando e informando sobre la DANA. El sábado publicó otra nota informativa: “Se esperan chubascos muy fuertes sin poder descartar, a día de hoy, que alcancen localmente intensidad torrencial, además de ser persistentes e ir acompañados de rachas de viento muy fuertes”. Y ya el domingo 27, AEMET emitió un aviso especial de fenómenos adversos a partir del lunes 28 y en el que se volvía a insistir en la posibilidad de lluvias torrenciales para el martes.
Al día siguiente, el lunes 28 a las 14:04, AEMET publicó un segundo aviso especial por lluvias intensas a partir de ese mismo día: “El martes 29 se prevé el día álgido de este episodio, esperándose la mayor probabilidad de estas precipitaciones y tormentas intensas en el área del Estrecho, Andalucía Oriental, Murcia, este de Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana”.
El martes 29, a primera hora de la mañana, AEMET decretó para la Comunidad Valenciana aviso rojo.
La agencia estatal, dependiendo del riesgo meteorológico, emite un tipo de aviso u otro: verde (si no hay riesgo), amarillo, naranja o rojo (el máximo). Luego están las alertas, las cuales son responsabilidad de las administraciones y que pueden no coincidir en color con las de AEMET e incluso ser diferentes según la zona.
A las 7:45 de la mañana, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunitat Valenciana ya había decretado el nivel rojo por lluvias en el litoral sur de Valencia. Unas horas después, lo extendió a todo el litoral e interior norte de Valencia.
A las 14:30 del martes, AEMET publicaba un tercer aviso especial de fenómenos adversos: “Hoy se dará el día álgido de este episodio, esperándose la mayor probabilidad de estas precipitaciones y tormentas intensas en el área del Estrecho, Andalucía Oriental, Murcia, este de Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana. Debido a la intensidad y persistencia de las precipitaciones, es probable que en estas zonas se puedan superar de forma local los 150-180 mm en 12-24 horas”. Unas horas antes, también había elevado el aviso rojo a Málaga.
A pesar de los avisos de la AEMET, de las alertas del Centro de Coordinación de Emergencias y de que la situación ya era grave, el Gobierno regional no mandó hasta las 20:12 del martes 29 un mensaje a los móviles de la población avisando de “fuertes lluvias” y que se evitaran desplazamientos. Unas horas antes, a las 13:00, el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), aseguraba en una rueda de prensa: “Se espera que en torno a las 18:00 disminuya su intensidad” en toda la región. El vídeo, que colgó en su cuenta de Twitter, lo acabó borrando pasada la medianoche. Al día siguiente, por la mañana, se mandó una segunda alerta a los teléfonos.
Acorde a la AEMET, el martes 29 de octubre se registraron acumulaciones de lluvias extraordinarias en la provincia de Valencia, superando los 300 litros por metro cuadrado en la zona entre Utiel y Chiva. En este último, se recogieron 491 l/m² en solo ocho horas, “prácticamente lo que puede llover en un año completo“.
