(Artículo de elDiario.es)
Este liderazgo tiene una doble relevancia porque el PIB de España es aproximadamente “el 10% del total de la eurozona”, según recuerda Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics. Es decir, desde el cuarto puesto de partida, detrás de Alemania (29%), Francia (19%) e Italia (14,5%), nuestro país lleva tres años liderando económicamente a sus socios, especialmente en los últimos dos ejercicios, como se puede observar en el primer gráfico de esta información.
Dos años liderando el crecimiento de la eurozona
Aportación de las principales economías de la eurozona (en puntos porcentuales) al crecimiento del PIB entre 2022 y 2024
En 2023, el crecimiento del PIB de España multiplicó por casi siete veces el del conjunto de la eurozona, un 2,7% frente a un 0,4%. En 2024, según las previsiones de la Comisión Europea, que no son las más optimistas —el Banco de España lo es incluso un poco más—, el avance de la actividad económica de nuestro país será del 3% frente al 0,8% de todos los socios que comparten divisa juntos, casi cuatro veces más.Estos positivos datos macroeconómicos siempre chocan con dos críticas fundamentales.
La segunda, más sesgada, proviene de los partidos de derecha, y busca siempre retorcer esos mismos datos para dar una visión negativa y pesimista de la economía de nuestro país. “Desde el 2008, la renta per cápita real de los españoles crece 10 veces menos que la media de la Unión Europea: un 1% frente a un 11%”, dijo Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular (PP), este mismo viernes, en su discurso de balance de 2024.
La respuesta inicial a ambas críticas la pretendió dar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado lunes 23 de diciembre, en su valoración del ejercicio que ya acaba. “El buen desempeño de la macroeconomía está ayudando a mejorar la vida de la gente, lo que se ve en la recuperación del poder adquisitivo y en el incremento del consumo”, destacó. “No podemos caer en la autocomplacencia”, matizó, al hablar de “tareas pendientes” como “la vivienda” y señalar los “niveles de desigualdad y pobreza, sobre todo de pobreza infantil, absolutamente inaceptables para una economía desarrollada como la nuestra”.
Y añadió: “España continúa teniendo una tasa de paro demasiado alta, unos niveles de productividad laboral que tenemos que seguir mejorando y un gasto en investigación todavía reducido si nos comparamos con el resto”.
En los últimos años, con los dos gobiernos progresistas de coalición, la reforma laboral y de las pensiones, el incremento decidido del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y otras medidas, como los avances en la transición energética, han tomado el camino del aumento del bienestar social, incluso en un contexto adverso dentro y fuera de nuestras fronteras como el de esta última etapa, con la pandemia, el volcán de la Palma, la DANA en Valencia, o las guerras internacionales y el genocidio en Palestina.
Pero es que, además, el crecimiento económico se transforma en poder político, y en influencia como actor regional. Por ejemplo, la posición de España es muy diferente hoy que hace una década respecto al examen de las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea (UE), que limitan el incremento anual del gasto público para rebajar el déficit (el desequilibrio presupuestario entre los ingresos y los gastos) y la deuda. Con Francia o Italia en verdaderos problemas, se puede asegurar que nuestro país cuenta con margen de maniobra en Bruselas. Ninguna institución duda en estos momentos de que España cumplirá con los objetivos de reducción de los desequilibrios fiscales.
----------------------------
(Artículo de elDiario.es)
----------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario