En vez de fútbol UEFA debería denominarse PACHUSA siglas de los Países Árabes - China y Estados Unidos… verán el por qué.
Un primer riesgo o consecuencia es una concentración, un dominio aún mayor, de estas grandes estructuras que consiguen, a través de estas estrategias, controlar un enjambre de talentos y ser muy influyentes en el mercado de fichajes, y así también tener bajo control a muchos más jugadores de los que realmente necesitan", afirma el responsable del CIES Football Observatory, Raffaele Poli. "Pero también corta un poco las alas a la idea de competencia y no es una situación ideal. Y hay riesgos de conflictos de intereses, incluso de equidad, en las competiciones, en la medida en que estos clubes, sobre todo en las competiciones internacionales de clubes, podrían enfrentarse entre sí”, concluye.
Pero, además, se ha convertido al fútbol en una industria y en un espectáculo de hacer dinero, en sportainment (deporte de entretenimiento), con pago de desorbitadas cantidades en los fichajes de jugadores, en las entradas o en las camisetas, lo que, en ocasiones, está conduciendo a un distanciamiento de los aficionados que empiezan a movilizarse para devolver al fútbol europeo su esencia y sus valores. Esta estrategia de ver sólo el índice de resultados y de ganancias puede llevar a perderlos cuando ellos son la base de los clubes de fútbol.
"Mucha gente no cree que los clubes de fútbol y el deporte deban tratarse como un negocio", afirma Jordan Gardner, ejecutivo deportivo estadounidense, expresidente del FC Helsingor y consultor de la firma de inversión Twenty First Group. "El problema es que se ha convertido en una industria tan grande que debe profesionalizarse más. Más parecida, en algunos aspectos, a las empresas propiamente dichas. Pero es necesario respetar las instituciones culturales que existen dentro y alrededor de estos clubes. Estos inversores, ya sean particulares, estadounidenses o europeos, tienen que entender la forma correcta de gestionar un club de fútbol. No se trata de tratarlo como una empresa manufacturera".
Una investigación de la Red de Periodismo de Investigación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) arroja luz sobre los cambios ocurridos, sobre todo en las últimas dos décadas, en la propiedad de los clubes de fútbol europeos y cómo muchos están ya en manos extranjeras, especialmente de fondos de inversión de Estados Unidos, de fondos soberanos de los países del Golfo o de millonarios asiáticos. También hubo oligarcas rusos como propietarios hasta la invasión de Ucrania, afectados ahora por las sanciones impuestas a Moscú.
Manchester City
Los nuevos dueños del fútbol europeo: ¿negocio o deporte?.
Hoy en día, el fútbol europeo está, en una gran parte, en manos de actores, inversores y patrocinadores extranjeros. Se ha producido una revolución en la propiedad del fútbol, con millones de euros procedentes de Estados Unidos, los países del Golfo o China, millones que han ido a parar a los mercados de clubes y jugadores y a estructuras de inversión y a la multipropiedad de clubes. Se trata de una nueva era para el fútbol, convertido en una industria que mueve miles de millones de euros al año, con unos ingresos en aumento para los clubes más destacados.
A finales de 2023, tres de cada cuatro clubes de fútbol de Inglaterra y Bélgica, es decir, el 75% y el 71%, respectivamente, tenían al menos un accionista extranjero. Esa cifra era del 50% en Portugal, el 49% de España, seguida por Francia, con un 47%, Italia, con 38%, y Suiza, el 36%, a la cola, Alemania, con solo un 11%. Son los resultados del estudio realizado por el Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES) de Suiza, que analizó las estructuras de propiedad de 341 clubes de fútbol de primera y segunda división de 10 países europeos. Una realidad que nuestro equipo pudo comprobar también durante su investigación basada en datos obtenidos de fuentes abiertas, análisis de informes y la realización de múltiples entrevistas a expertos en fútbol y en geopolítica del mismo, así como a propietarios o inversores.
"Así que estamos en una situación en la que, como europeos, esencialmente hemos vendido nuestras almas", afirma Simon Chadwick, profesor de Deporte y Economía Geopolítica y coautor de “The Geopolitical Economy of Sport: Power, Politics, Money, and the State” ("La economía geopolítica del deporte: Poder, política, dinero y Estado"). "No solo hemos vendido nuestras almas al mejor postor, sino que realmente no hemos hecho preguntas acerca de las personas que compran los clubes. E incluso en los casos en que nos hemos hecho las preguntas, hemos optado por ignorar las respuestas. Así que, en mi opinión, es muy fácil culpar a Arabia Saudí. Es muy fácil culpar a Catar. Es muy fácil culpar a China. Pero, como europeos, no hicimos nada para impedirlo".
Paris Saint Germain
Las grandes inversiones permiten a los clubes gastar cantidades increíbles de dinero para allanar su camino hacia el éxito en los torneos de fútbol. Clubes como el Manchester City y el París Saint-Germain han cobrado nueva vida tras ser adquiridos por propietarios extranjeros, pudieron fichar a los mejores talentos del mundo y empezaron a dominar sus competiciones nacionales. Los inversores estadounidenses son los que más equipos tienen bajo su control. La presencia de dinero estadounidense ha pasado de menos del 2% en la propiedad de los clubes de las cinco principales ligas europeas en 2005 a casi el 20% en 2023, según un estudio de Bloomberg.
Uno de los elementos destacados es la existencia de grupos que tienen varios clubes en diferentes países, la llamada multipropiedad de clubes, que plantea cuestiones importantes sobre el fair play o el fichaje y el traspaso de jugadores. Más de 300 clubes de todo el mundo, según el último informe de la UEFA, forman parte de este tipo de estructura de propiedad, frente a los menos de 100 de hace cinco años y los menos de 40 de 2012. Hay 105 clubes de primera división en Europa que tienen una "relación de inversión cruzada" con al menos otro club y otros 112 en esa misma situación en divisiones inferiores. Y las inversiones extranjeras han seguido una tendencia al alza.
Un primer riesgo o consecuencia es una concentración, un dominio aún mayor, de estas grandes estructuras que consiguen, a través de estas estrategias, controlar un enjambre de talentos y ser muy influyentes en el mercado de fichajes, y así también tener bajo control a muchos más jugadores de los que realmente necesitan", afirma el responsable del CIES Football Observatory, Raffaele Poli. "Pero también corta un poco las alas a la idea de competencia y no es una situación ideal. Y hay riesgos de conflictos de intereses, incluso de equidad, en las competiciones, en la medida en que estos clubes, sobre todo en las competiciones internacionales de clubes, podrían enfrentarse entre sí”, concluye.
València CF
Pero, además, se ha convertido al fútbol en una industria y en un espectáculo de hacer dinero, en sportainment (deporte de entretenimiento), con pago de desorbitadas cantidades en los fichajes de jugadores, en las entradas o en las camisetas, lo que, en ocasiones, está conduciendo a un distanciamiento de los aficionados que empiezan a movilizarse para devolver al fútbol europeo su esencia y sus valores. Esta estrategia de ver sólo el índice de resultados y de ganancias puede llevar a perderlos cuando ellos son la base de los clubes de fútbol.
"Mucha gente no cree que los clubes de fútbol y el deporte deban tratarse como un negocio", afirma Jordan Gardner, ejecutivo deportivo estadounidense, expresidente del FC Helsingor y consultor de la firma de inversión Twenty First Group. "El problema es que se ha convertido en una industria tan grande que debe profesionalizarse más. Más parecida, en algunos aspectos, a las empresas propiamente dichas. Pero es necesario respetar las instituciones culturales que existen dentro y alrededor de estos clubes. Estos inversores, ya sean particulares, estadounidenses o europeos, tienen que entender la forma correcta de gestionar un club de fútbol. No se trata de tratarlo como una empresa manufacturera".
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