Investigación de Greenpeace
José Manuel:
Quemada, hecha trapos, o en un viaje de 9.000 kilómetros con destino a un vertedero (legal o ilegal) de un país de Asia o de África. Esto es lo más probable que suceda con tu ropa usada cuando la dejas en un contenedor para, supuestamente, darle una segunda vida. ¿Te parece una locura? Lo es, pero también es la realidad.
Este sinsentido es la conclusión a la que ha llegado una investigación de Greenpeace que ha durado más de un año. Hemos colocado dispositivos de seguimiento en 23 prendas de ropa usada que fueron depositadas en contenedores de once ciudades diferentes de España, tanto municipales como contenedores situados en tiendas de ropa de Zara y Mango entre agosto y septiembre de 2023.
Las prendas han llegado a once países diferentes de cuatro continentes distintos: Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Marruecos, India, Egipto, Camerún, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Rumania y Chile. En total, han recorrido una distancia equivalente a más de cinco vueltas a la tierra.
El caso más curioso es el de un pantalón beige depositado en una tienda de Zara en Madrid, que realizó el viaje más largo que hemos podido documentar hasta llegar a Abiyán, en Costa de Marfil. Para llegar hasta aquí, esta prenda pasó por Emiratos Árabes Unidos y recorrió más de 22.000 kilómetros, durante 215 días, antes de que se le perdiera la pista en una gasolinera al norte de la ciudad donde estacionan los gbakas, que es como se denomina a los minibuses informales para el transporte comunitario a diferentes puntos del país.
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