HASTA EL MOMENTO SE CONTABILIZAN 92 MUERToS POR LAS INUNDACIONES EN LA PROVINCIA DE VALENCIA
Más víctimas que en la riada del 57: el Consell, en el punto de mira por su gestión de las alertas
VALÈNCIA. La Comunitat se enfrenta a sus horas más difíciles en las últimas décadas. Las consecuencias de la Dana que ha golpeado con furia el territorio valenciano estos días se hacían evidentes este martes a la luz del día: al margen de contemplar los tremendos daños materiales, la jornada se centró en el rescate de personas atrapadas -2.500 atendidas y al menos 1.200 todavía pendientes- y, especialmente, en la desoladora tarea de los equipos de emergencias de contabilizar las víctimas de las inundaciones.
A última hora de la tarde, el balance de muertos se elevaba a 92, una cifra que que casi triplica las muertes registradas en la 'pantanada' de Tous, donde perdieron la vida 38 personas, y que ya supera a la oficialmente registrada en su día por la riada de 1957 en València, que causó 81 fallecimientos, si bien siempre se ha considerado que fueron muchas más las víctimas.
Casi 70 años después de aquella riada que convenció a los gobernantes de la necesidad de modificar el curso del Túria, algo que se concretó en 1973 con el Plan Sur y el nuevo cauce, las inundaciones acaecidas este martes suponen una fuerte estocada para la Administración, que pese a todos los medios, recursos y nuevas tecnologías que se tienen en la actualidad, no ha logrado prever una catástrofe que se sitúa como la peor de este siglo en España.
En este punto, resulta obligado comenzar a detenerse en la gestión realizada por el Gobierno valenciano que preside Carlos Mazón en las últimas horas. El manejo de las alertas ha situado en el punto de mira al Consell del PP, puesto que la cronología de las mismas pone de manifiesto que se pecó de exceso de confianza, se produjo una falta de coordinación, un error de cálculo o simplemente algún tipo de negligencia.
En definitiva, no se calibró el peligro de que las lluvias terminaran en inundaciones letales o no se activaron a tiempo todas las herramientas para intentar que la población conociera los peligros reales en las principales zonas afectadas. Especialmente porque la tragedia en muchos casos no se produjo donde se registraron más lluvias, sino en localidades que se vieron arrasadas sin que apenas tuvieran lugar precipitaciones de gran relevancia, lo que contribuyó a que los vecinos de estos municipios se vieran sorprendidos en calles o carreteras del área metropolitana de València.
Tres momentos clave en la gestión del Consell
En las últimas horas, se han producido tres situaciones que son las que generan más dudas respecto al papel del Gobierno valenciano. La primera, la comparecencia del propio Mazón durante la mañana del martes, en la que el jefe del Consell subrayó que la previsión era de que el temporal se desplazara hacia la serranía de Cuenca y que disminuyera su intensidad en la Comunitat Valenciana en torno a las 18 horas, algo que contribuía a restar importancia al evento climatológico. Una información que fue publicada a través del perfil de la Generalitat en la red 'X', si bien fue eliminada este miércoles, algo de lo que alertaron algunos usuarios.
En segundo lugar, el paso a situación 2 de emergencia en inundaciones en la provincia de Valencia. Un aviso que se produjo a las 19.17 horas, cuando el grueso de los municipios afectados en l'Horta Sud ya habían comenzado a inundarse y cientos de personas se encontraban atrapadas en sus vehículos o en refugios improvisados. Por último, una hora después, concretamente a las 20.10 horas, el Centro de Coordinación de Emergencias (CEE) de la Generalitat lanzó la alerta móvil de protección civil ES-Alert a causa de las fuertes lluvias en la que se solicitaba a la ciudadanía evitar desplazamientos en la provincia de Valencia. Una herramienta novedosa que, sin embargo, se utilizaba cuando la tragedia ya era inevitable.
Una cronología que deja en entredicho la solvencia del Consell en la gestión de esta catástrofe y en la que incidió el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, en su comparecencia de este miércoles, al ser preguntado por cuándo activó la Generalitat las alertas y si esto podía haber influido en el número de víctimas. El ministro se limitó a relatar que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) declaró varias alertas ya el jueves 24 de octubre y el mismo organismo emitió una alerta roja para la provincia de Valencia este martes a las 7:31 horas, aparte de las distintas notificaciones respecto a desbordes en barrancos valencianos emitidos a mediodía desde la Conferencia Hidrográfica del Júcar (CHJ).
Según recordó el ministro, a las 15:00 horas, la Comunitat Valenciana subió a nivel 2 la emergencia en las comarcas de Utiel-Requena y La Plana, pero no aumentó la mencionada emergencia por inundaciones en la provincia de Valencia a nivel 2 hasta las 19:17 horas. A las 20:10 horas, la autonomía emitió el SMS de alerta a la población y a las 20:36 horas, se recibió la solicitud de actuación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para la provincia de Valencia por parte de la comunidad autónoma, cuando la situación ya comenzaba a estar absolutamente desbordada. Por otro lado, desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) se especificó que a las 9.41 del martes se elevó a rojo el nivel de aviso en toda la provincia de Valencia y, a mediodía, se envió un aviso a la prensa y un vídeo del portavoz, Rubén del Campo, pidiendo en la red social X a la gente que no se moviera o saliera de casa. Por último, a las 17:49 horas se envió un aviso más que prolongaba la situación de alerta.
En la otra orilla, en la comparecencia de este miércoles junto a Mazón, el subdirector de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, Jorge Suárez, y el inspector jefe de Bomberos de Valencia, José Miguel Basset, defendieron la actuación llevada a cabo desde las instituciones valencianas al ser preguntados por las alertas emitidas. Así, aseguraron que los protocolos de alerta y avisos a la población, "están regulados y son protocolarios" y se proporcionaron "de una manera secuencial". "No se pueden lanzar así como así, tenemos que pensar que estos avisos llegan a miles de personas y que una mala manipulación de esta información puede generar el efecto contrario al que se está pretendiendo", comentó el jefe de Bomberos.
Según explicó, a las 23.59 de la noche del lunes, el Consorcio de Bomberos de Valencia disponía de información desde Aemet y "estaba reforzando sus estructuras para el caso de que pudiera producirse este tipo de emergencias". La emergencia, indicó, fue evolucionando de carácter de amarillo hasta naranja, "el que activó ya las prealarmas y los refuerzos de los efectivos de emergencias de la provincia de Valencia", y "pasó a rojo conforme fue evolucionando la situación".
Por tanto, el inspector jefe concluyó que los servicios de emergencias se habían "ajustado a las variaciones de esa emergencia emitida por los organismos responsables, en este caso Aemet, en las horquillas horarias en las que ha marcado que esto iba a ocurrir". En la misma línea, el subdirector de Emergencias aseguró que desde el Centro de Coordinación de Emergencias se dieron avisos "de una manera secuencial": "Trabajamos con planes y procedimientos que regulan de una manera muy clara una cadencia de avisos que van incrementando el nivel de riesgo en función de la información que vamos recibiendo". De esta forma, detalló que el último elemento de la cadena de avisos "es para la población" y se lleva a cabo "en una situación de riesgo inminente en función de la información que se ha recibido".
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