Contradicción Inesperada
Comenzamos semana con una mala noticia para una treintena de estudiantes universitarios gandienses a quienes el Ministerio de Educación les ha negado las becas de ayuda a la residencia y vivienda que sí cobraron el pasado curso. ¿Por qué el año pasado sí y éste no si el o la estudiante no ha variado su baremación?
Ésto plantea otro problema más grave todavía. Los alquileres de pisos en València se han duplicado en los últimos cinco años.Si en 2020 costaba un piso compartido de 4 personas 1.600 euros hoy lo que tiene que pagar cada estudiantes ronda o supera los 800 euros al mes más gastos es decir la vivienda cuesta en torno a 3.200 euros. La demanda supera a la oferta y con ello la especulación redunda en el aumento del precio.
Si a ello sumamos el precio de los alimentos, más los del desplazamiento en vehículo propio y las matrículas de la Universidad una familia con dos hijos universitarios necesita entre 4.000 y 5.000 euros para permitirles estudiar.
Ésta treintena de afectados han movilizado a sus familias al comprobar la negativa de una ayuda de 2.500 euros anuales, no crean ustedes que son mensuales como en Suecia, Alemania u Holanda que perciben los estudiantes mensualmente para vivienda, alimentación y otros gastos personales más la gratuidad de la matrícula en las Universidades Públicas.
Una de las razones que aduce el Ministerio es que si existe comunicación pública entre la ciudad de residencia y el centro docente, no hace falta residir fuera de casa. Pongamos que una chica de Gandia estudia en el Campus de la Politécnica y tiene clase a las 10 de la mañana.Se tiene que levantar a las 7 h, salir de casa para ir a RENFE-Gandia y pillar el Cercanías de las 8 h; llegar al "Cap i Casal" a las 9 h si el tren no se ha parado, averiado o constipado por que si hay alguna incidencia mejor de Catarroja toma ya el tren de regreso a la Ciudad Ducal y mañana será otro día; tomar autobús o metro para estar a las 9 h 45 min en la puerta de la Universidad ya van en torno a tres horas desde que se levantó. Y por la tarde para el regreso en torno a otras dos horas para retornar a la Safor.
Hay que tener mucha fuerza de voluntad para vivir ese infierno durante 9 meses al año, de lunes a viernes y estudiar un Grado durante cuatro años. A esa contradicción inesperada condena a una treintena de chicas y chicos y sus familias el Ministerio pero luego saldrá la ministra con macrocifras que darán un aumento del número y la cuantía de las becas, los números son muy sufridos, se adaptan a la voluntad de quien los manipula.
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